Te contaré una breve historia:
Nací en una ciudad grande, donde todo parecía ser abrumador, la capital de un país, no importa cual, pues son todas muy similares.
Vivía en un hermoso barrio, con un lindo entorno, un lugar al que podríamos dar el adjetivo de “chic”.
Me educaron en la religión católica, pero para el caso da igual, pues la esencia de esto ha sido la rigidez que tienen muchas religiones para transmitir sus enseñanzas y sus dogmas.
Cuando cumplí 14 años, mi padre decidió trasladarnos a otra ciudad, donde si bien, teníamos familiares, no nos gustaba demasiado para quedarnos.
Sin embargo, creo ahora y habiendo tomado distancia, puedo casi afirmarlo, allí comenzó realmente mi camino espiritual, fue en ese lugar donde realmente me di cuenta de lo que finalmente sería luego mi misión, aunque pasaría mucho tiempo desde entonces.
Estoy segura que los Ángeles me llevaron de la mano, y hubo un motivo muy especial para ese cambio de lugar de residencia.
Me gustaba levantarme temprano, sentir el aroma de los jazmines, en el patio, que antes no tenía, pues en la ciudad, y viviendo en un departamento, el contacto con la naturaleza es mínimo y fugaz, y meditar.
Si bien no sabía exactamente cómo hacerlo, sé que lo hacía, sentía la presencia de algo superior, algo que estaba en el aire, de esas mañanas en las cuales esa sensación completaba mi vida.
En ese entonces, era adolescente, muy chica, tenía solo 14 años, y busqué dentro de la que era mi religión, muchas maneras de ir más allá, dado que por mi escasa edad, y también por la densidad de la energía existente en los años 70, aún permanecía sumergida en ese sueño en el cual muchos viven pensando que de eso se trata lo espiritual, sin embargo, ahora sé que la religión no es necesariamente equivalente a espiritualidad, y esto significa que, no siempre quien es religioso es espiritual, y viceversa.
Los Ángeles Te Hablan:Escúchalos II Comprendiendo sus mensajes© 2012 Marianela Garcet
ISBN: 978-1-4717-5121-9
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